lunes, 24 de marzo de 2008
LA LINGÜÍSTICA DEL LENGUAJE VISTA COMO EL ESTUDIO DE SIGNIFICAR.
Para empezar a hablar de la significación del lenguaje, es necesario comenzar hablando de De Saussure, que da aportes para la creación de la lingüística, pero al mismo tiempo la limita, ya que él encasilla la lingüística dentro de las ciencias descriptivas, netamente formalista, excluyendo el nivel explicativo de los hechos del lenguaje, puesto que para la significación, toma una concepción única, dejando de lado al hablante como usuario personal de la lengua, ya que según él, la significación es única y deja todo el estudio de este tema a la semiología, sin darse cuenta, como si lo hicieron otros teóricos, que la semiología hace parte de la lingüística, no siendo una ciencia aparte.
Y para entender a la lingüística como la ciencia que también debe estudiar la significación, algunos teóricos del lenguaje, defienden que la lingüística no debe estudiar la lengua, sino la facultad que hace posible la lengua: el lenguaje. Hjelmslev defendía esta propuesta y tomaba como apoyo a la sociología, ya que en los diferentes hablantes, se encuentran los verdaderos hechos del lenguaje; pero su propuesta cae, al retomar lo propuesto por De Saussure de la ciencia descriptiva, y además por la falta de argumentos en su propuesta por su muerte prematura. Otro teórico que defendió la lingüística como ciencia del lenguaje, fue Noam Chomsky, que propone que la lengua son los enunciados de la facultad. El gran avance de esta propuesta, es desligar a la lingüística de lo inductivo, y asociarla a otras lenguas, lo que define Payrató como la lingüística aplicada. Chomsky también afirmaba que el lenguaje es una facultad exclusivamente humana, que era capaz de crear lenguas ricas y estructuradas, desde bases rudimentarias; esta teoría es restrictiva para la ciencia del lenguaje, ya que limita al lenguaje, puesto que esta facultad es capaz de crear infinitud de formas de representación, sin importar si son verbales o no verbales.
Para ligar la semiología a la lingüística, Barthes afirma, que el método propuesto por la lingüística es el método más preciso para iniciar la explicación de los fundamentos primarios de la semiología. Y en este estudio, se da cuenta que la semiología actúa como metaciencia de la lingüística. Para la explicación de las diferencias entre signo y símbolo, Barthes toma la teoría de De Saussure de las relaciones paradigmáticas (en ausencia) y las relaciones sintagmáticas (en relación), proponiendo que en todo tipo de símbolo hay tres relaciones: una interior, lo que para De Saussure era la dicotomía de significado/significante; y dos exteriores, una virtual (paradigmática) y otra actual (sintagmática).
En toda acción de significar, tanto la semiología como la lingüística, entran a accionar: la semiología estudia los símbolos y procesos de significar, y la lingüística, porqué se uso dicho proceso y dichos símbolos, o signos linguisticos.
lunes, 17 de marzo de 2008
Manteca Alonso. Lingüística general.
El término lengua ha sido explicado por muchos como el órgano del pensamiento, que usa el habla como su herramienta, y solo la puede usar, quien sepa la lengua. El estudio de los lingüistas es el del hablante-oyente ideal, que solo reside en la mente y en el estudio de los teóricos.
Para este estudio de lengua-lenguaje-habla, la lingüística se ha asociado con la psicología, porque para el estudio de ésta, se deben mirar los cambios que ocurren en la lengua, y allí es donde entra esta ciencia, ya que mira los cambios que se pueden dar tanto semánticamente como fonéticamente, pues ocurren en el pensamiento de los hablantes.
Toda lengua, después de un estudio de los factores semánticos y fonéticos, llega a generalidades con otras lenguas. Para llegar a éstas, se debió hacer un estudio basado en hipótesis, con una serie de proposiciones, que debían ser falsables o corroborables, según la experiencia con otras lenguas. Y pues la lengua al no ser una ciencia cultural, ya que en la cultura se puede medir desarrollo, pero en una lengua no, debido a que todas las lenguas son equivalentes, más no las culturas a las que pertenecen dichas lenguas.
Como el estudio científico está en perpetuo cambio en cualquier lengua, la mejor forma de crear teoría e hipótesis, es creando ejemplos negativos que puedan contrastar con la hipótesis planteada. Y mediante este ejercicio se darán los dominios de estudios de la hipótesis y sus elementos. Si aparece entre estos elementos un dato negativo, la hipótesis no debe ser desechada, hasta encontrar una mejor, pues la hipótesis en la ciencia, se pueden corregir; y ya en casos especiales, los elementos negativos a la hipótesis puedes ser una excepción a la regla, y podrá nacer otra hipótesis que estudie dicho fenómeno.
Para que el estudio de los objetos del dominio sea fructífero, se debe establecer una organización dentro de los elementos y sus clases. La organización consiste en agrupar elementos con generalidades similares es sus características. Para clasificarlos hay que establecer un concepto que encierre a todos los elementos.
Una vez clasificados y estudiados, se genera un hecho lingüístico. Cada hecho lingüístico es el resultado de una hipótesis, ya que no existen hechos lingüísticos de por sí. Cada hecho puede ser explicado por una ley que fue previsto para una circunstancia especial, como lo puede llegar a ser el aspecto sonoro de cualquier lengua.
PEIRCE - E.M. CIURAN
El acercamiento se hace según Peirce, ya que Saussure toma su dicotomía como algo general e innamovible de significado-significante, como algo colectivo. Mientras que Peirce lohace de una forma muy individual, ligando lo significado a la experiencia.
"La palabra roba las prerrogativas a la nada inmediata en la que vivimos..." Pág. 22
2. Es la parte mas subjetiva e individual para cada persona, pues encuentran en las emociones, ya cada persona tiene sus propios sentimientoss y su propia forma de persibir la realidad; es por ésto que se acerca a Peirce, nuevamente, ya que P. habla de una semiosis individual, una forma subjetiva que depende de la experiencia para persibir la realidad.
"¿dónde buscar lo real? en ninguna parte fuera de las emociones. Lo que no sube hasta ellas es como si no existiera". Pág. 21
3. Ciorán les da el valor de lo verdadero,ya que es en ellas donde la realidad toma un sentido, y si no lo tomara, es como si no existiera. La realidad y las emociones van de la mano para fabricar lo que existe, lo verdadero.
"Un universo neutro (sin emociones) es algo más ausente que no ficticio." pag 22
4.Es totalmente subjetiva y afectiva, entre el objeto y el signo, dejando de lado la arbitrariedad Saussuriana. Tomando como signo cualquier cosa que pueda significar, recordar o hacer sentir al interprete, desligando la semiosis de la lingüística para hacer una ciencia aparte: la semiótica.
sábado, 8 de marzo de 2008
La inconmensurabilidad interlingüística y la imposibilidad de la traducción
En varias ocasiones Sapir se ha referido a la “inconmensurabilidad” de las lenguas. Esto ha sido interpretado por un número importante de lingüistas como una afirmación de la radical diferencia entre los sistemas lingüísticos y de las visiones de mundo a ellos asociadas y como una defensa de la imposibilidad de la traducción. El autor aboga por la imposibilidad de la traducción representando un auténtico absurdo. En primer lugar, porque sólo con acercarnos a una de sus investigaciones comprobamos que Sapir recurre al mecanismo de la traducción constantemente, convirtiéndose en una de sus herramientas fundamentales en la labor de contraste multiidiomático. De todos modos, es cierto que en diferentes momentos de su obra Sapir habla de la “inconmensurabilidad de la experiencia mediatizada por la lengua”, pero debemos juzgar esta afirmación en el conjunto de su obra, y no de manera aislada.
Si extendemos nuestra mirada al conjunto de la producción sapiriana inferiremos que el concepto de “inconmensurabilidad” significa que todo aquello que forma parte de un sistema y es despojado de él, verá modificado su valor. No existen, por lo tanto, correspondencias absolutas, ya que todo debe contemplarse dentro del entramado que le corresponde. Se trata de una idea que hace patente el trasfondo estructuralista y funcional del pensamiento sapiriano y que trasciende el marco de la Lingüística. Por ejemplo, la visión de un mismo objeto realizada por dos personas diferentes no es equivalente puesto que cada una de ellas proyectará su propio punto de vista en función del bagaje de sus experiencias y, como resultado, la interpretación resultante será divergente. De igual manera, la categoría “número” tendrá valores distintos dependiendo del sistema lingüístico en el que se incardine —en la lengua yana, por ejemplo, se agrupa con los elementos de carácter léxico, mientras que en la lengua inglesa pertenece al conjunto de las categorías gramaticales. Una última ilustración: una misma historia infantil contada en Japón y en la tribu Hopi no tendrá el mismo valor (funcional) ya que dependiendo del contexto cultural se teñirá de connotaciones diferentes. Partiendo de estas premisas, Sapir entiende que el traductor no debe perseguir paralelismos absolutos. El trasvase exacto de la información de la lengua fuente a una lengua meta nunca podrá producirse dado que es necesario realizar una tarea de recontextualización previa para conseguir un texto que, sin perder de vista el original, se acomode a la nueva situación de recepción. En este sentido, Sapir entiende que la actividad traductológica consiste en el establecimiento de un diálogo entre culturas y entre modos de entender el mundo diferentes. En esta tesitura, el traductor debe ser capaz de sumergir-se en los valores y estructuras del sistema lingüístico-cultural de llegada y acomodar a él los contenidos vertidos en el texto original sin caer en el etnocentrismo.
Sapir expone de manera clara su teoría sobre la actividad traductológica con textos literarios en el capítulo XI de Language .Sus palabras no dejan lugar a dudas: por delante sitúa el principio de que siempre es posible traducir de unas lenguas a otras. Sin embargo afirma —refiriéndose a la literatura— que es inútil pretender reproducir en la lengua meta los mecanismos estéticos que son característicos de la lengua fuente. Se podrán respe-tar los contenidos del original, pero constituye un error pretender calcar las estrategias estilísticas empleadas en el texto de partida, ya que el resultado será completamente antinatural.
En conclusión, al utilizar la metáfora de un plano de coordenadas, Sapir está intentando comunicar que las lenguas son inconmensurables en el sentido de que las unidades que las componen sólo tienen significado dentro del sistema propio de cada una de ellas. Toda tarea de extrapolación provocará que el valor original se desvirtúe. Se trata de un principio que Sapir aplica no sólo en el terreno de la Lingüística, sino también en su investigación antropológica, psicológica y artística
El relativismo lingüístico en la obra de Edward Sapir.
Una revisión de tópicos infundados
María Xosé Fernández Casas